Sería antipedagógico que esta obra sirviera para memorizar todo aquello que debe ser producto de la reflexión y el dominio lingüístico por parte del alumno. Se ofrece un material que puede servirle de ayuda. Cada tema presenta alcances que tendrán que ser tratado por el propio alumno o el docente. No es cuestión de economizar folios: insisto en que el alumno debe aprender el idioma en forma progresiva, valorar su esfuerzo personal y sentir la emoción del traducir. El curso no debe confinarse exclusivamente al aspecto idiomático, es decir no debe discurrir sobre una amalgama de reglas sintácticas. Un texto latino no es un laberinto de letras escrito con la tinta más fatal, es un continente humano, un mensaje en el que se disfruta la filosofía, la historia , la literatura, el devenir intelectual del hombre, el espíritu de la latinidad.
|